miércoles, 29 de octubre de 2014

Reseña de Nocilla Dream de Agustín Fernández Mallo

Un álamo en el desierto de Nevada, solitario y perdido en medio de la nada, sosteniendo unos cientos de pares de zapatos unidos por los cordones que comban eternamente en silencio sobre las ramas. Un hombre extraño que decide pasar el resto de su vida en un aeropuerto donde se encontrará con otro tipo cuya profesión consiste en diseñar alcantarillas. Un pintor cuyos cuadros se van elaborando a partir de chicles como materia prima y que a partir de sus tonalidades se va configurando un abanico cromático a base de chicles. Bibliografías de personajes como Che o Michael Landon, entretejidos todos ellos por teorías científicas, filosóficas y literarias. Una maleta abandonada en medio del desierto llena de fotografías de gente anónima que alguien coleccionaba para que fueran encontradas.

Así se articula Nocilla Dream. Agustín Fernández Mallo recoge una serie de materiales narrativos, los mezcla y desordena para mostrarnos una colección de historias fragmentarias que con mucha facilidad ocasionan gran sorpresa al lector. Estas historias individuales, al tiempo que entrelazadas, se nos presentan como diminutos relatos que dan la aparente imagen de un texto falto de cohesión, reciclado y desestructurado temporal y espacialmente.

Esta disparidad de historias “sin sentido” nos puede resultar confusa, y, en ocasiones, aburrida. Quizás esto sea porque llevamos muchos años ceñidos a convenciones literarias lo suficientemente acartonadas para considerar esta novela como un disparate novelístico. Sin embargo, el sentido de esta novela va más allá de lo que podamos esperar, y es ahí donde reside la verdadera intención del autor. Nada es gratuito, pues toda palabra o oración de una novela responde a la intención de quien la escribe.

Así pues, Fernández Mallo rompe con las normas literarias que llevamos acarreando desde siglos y propone un discurso sin continuidad, fragmentario, y, lo más importante, se propone hacer algo distinto para que cada lector juzgue a su manera si le resulta meritorio y renovador o bien, creído y insípido.

El reto es claro, es decir, lograr la proliferación y lluvia de reflexiones y sensaciones a un lector boquiabierto por la originalidad literaria nunca antes novelada. La experiencia de lectura puede resultar negativa en la primera toma de contacto, pero en el fondo, el objetivo está ahí.

El objetivo e interés de su contenido reside en la desautomatización que le produce al lector semejante relato rupturista. Nos produce esta sensación inicial para poder alcanzar el estado de reflexión de la novela como metáfora de nuestras vivencias personales, es decir, como metáfora de un mundo también fragmentado. El lector acaba siendo inmediatamente un huérfano literario, alguien que no posee una escapatoria argumental debido a la creación de imágenes tan impresionantes.

El mundo de Nocilla Dream es ciencia y es poesía al mismo tiempo, el autor consigue crear una combinación casi mágica de estos dos elementos pero tampoco sin conseguir un choque brutal entre ambos. Puede que a lo largo de la lectura el lector tenga la sensación de entrar en el subconsciente de un universo nihilista presidido por seres extraños a la par que particulares.

Por tanto, advertimos también el nihilismo como elemento que está presente en varios sentidos en la obra. Por una parte, refleja un nihilismo existencial donde nos muestra a personajes que no encuentran un sentido definitorio a su vida. Pero, por otro lado, también podemos observar esta corriente en cuanto a crítica social a los valores y creencias de la sociedad. El hombre, como nos introduce en uno de los relatos, no es capaz de almacenar tantos datos como un PC, el hombre es algo efímero y poco duradero en contraposición  con las máquinas, cada vez más potentes. El hombre ya no puede ser aquel que todo lo puede y por ello entra en crisis. Esta crisis se entrevé en el sentimiento de caos y soledad que transmite la novela. Y que al tiempo resulta verdaderamente fascinante.

A modo de conclusión, se podría decir que Nocilla Dream es muchas cosas en un todo, pero me atrevería a dudar de su condición de novela tradicional, pues más bien se asemeja a una antinovela por su carácter innovador y vanguardista que encierra entre sus líneas. Por tanto, en este modo de hacer novela quizás el autor también quiere que a través de la desautomatización lleguemos a un estado de desconexión de la realidad a través de patrones literarios que dejan volar nuestras emociones. En definitiva, y con estas reflexiones considero la novela muy recomendable.


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